Que no te extrañe si te digo que te quiero,
que te has metido en mi corazon,
adentro, muy dentro.
Que me enseñaste que quien te quiere
no es quien te roba el corazón,
sino quien te hace senitr que lo tienes de vuelta,
ue cuando me dices preciosa
caigo muerta,
que le diste luz a todos mis poemas.
Que me enseñaste que amar es dar la mano
y a mi casa a tiempo dar llegado,
que en tu coche
no existen reproches,
sólo el roce de tus labios.
Y entre beso y beso,
el tiempo nos gasta bromas
pasando más rápido de lo que debería,
me enseñaste que entre tontería y tontería
los semáforos valen oro.
Así que, después de todo:
que no te extrañe si te digo que te quiero.
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