Te gusta lo que escribo?

domingo, 28 de febrero de 2016

Problemas con el control de los impulsos

Tengo antojo de darte un beso, de ver pasar los minutos volando, porque es como pasan siempre que estoy a tu lado. Tengo antojo de olvidar los reojos de la gente cuando camino feliz de tu mano, y tengo ganas, tantas ganas que duele, que se me oprime el pecho si pienso en tu cabeza sobre él. A veces, mientras escribo, me paso un rato a imaginar tu sonrisa, porque entonces la inspiración viene, junto con tantas otras cosas. Tengo antojo de tumbarme a tu lado y que todo se duerma; todo, menos yo, que quiero verte dormir.


Y quiero que resoples, te acojones y te rías de mi.


Me apetece verte, y no contenta con eso, hacerte el amor también, con la música a toda hostia de fondo porque es la única forma de que sólo nosotros nos oigamos gemir.


Tengo ganas de hablarte durante horas por esa extraña necesidad de contarte hasta lo más oscuro de mi que me provocas. Deseo cerrar los ojos y escuchar tu voz mientras me acaricias para cerciorarme una vez más de que eres lo único que de verdad me importa.


Tengo antojo de comprobar si sigo padeciendo de vértigo con cada vez que me besas, si sigo volando más alto con el roce de tus labios de lo que nunca volé en avión. Porque vértigo no es cuestión de altura, sino de la sensación de quien te hace volar con un beso.



sábado, 27 de febrero de 2016

Feliz aniversario

Aunque hoy hace un sol espléndido, yo sólo veo nubes. Y mientras los demás disfrutan de los primeros haces de luz, bañando en ellos sus blancos cuerpos para tostarlos, yo me calo bien el gorro, los guantes y la bufanda... me preparo para salir a la tempestad que provoca tu sonrisa, cuando te veo; por muy pequeño que sea el gesto, por muy forzado que sea.


Tengo gravado en la mente el momento en que, por primera vez, tus ojos chocaron con los míos y en tu rostro se dibujó una de esas muecas de felicidad. Desde ese día, las mariposas fueron instalándose lentamente en mi estómago, cada día se unía una. A día de hoy, he de decir que ya tengo trescientas sesenta y cinco mariposas conmigo. Y, aunque quiera evitarlo... seguirán llegando más. He intentado olvidarte por todos los medios, créeme, porque sabía que seguir queriéndote sólo me haría más daño. Pero, al final he aprendido que el mayor error que uno puede cometer es intentar sacarse de la cabeza lo que no le sale del corazón.


Llevaba tiempo sin verte; una señal, pensé, de que te tenía que olvidar. me equivocaba. Porque cuando ya daba lo nuestro por perdido, volviste a encontrarme, haciendo que cayera de nuevo en la tentación de tu abrazo. Haciendo que mi cabeza se llenara de anhelos perdidos, o, quizás, sólo dormidos.

Cárcel de ensueño

¿Sabes qué? Que te has convertido en una trampa. La jaula más bonita de la que he intentado escapar. Desesperada, busco huecos entre los barrotes de la cárcel de tus ojos. Busco sierras en las tartas de sonrisas que nunca me regalaste. Busco llaves para abrir las puertas de tu corazón y escapar de allí. Pero no puedo. Más bien, no quiero. Esa es la peor parte. No querer salir de la cárcel, ¿qué clase de tontería es esa? ¿ Es que prefiero pasar los días observándote sin que te des cuenta? Escondiendo la cara cuando vuelves la cabeza, pensando que a lo mejor me mirabas a mi. Eso no es vida. No obstante, mientras los profesores hablan, no puedo parar de soñar, de pensar que aparecerás por la puerta con un sencillo te quiero que cambiaría el transcurrir del tiempo hasta pararlo; repitiendo esa misma escena una y otra vez. Congelando el espacio para que solamente esos segundos cobraran vida. Hasta el fin de los tiempos.

viernes, 26 de febrero de 2016

Cartas por San Valentín

Ya está, ya no aguanto, el dolor me está cegando. Ya no como, ya no duermo, solo pienso en él. En él, en el único que consiguió, muy a mi pesar, robarme el corazón. Con sus cabellos de oro, su sonrisa traviesa, sus ojos de un azul turquesa: lo pienso, lo pienso y suspiro, sabiendo que nunca será mío.


Será un sueño inalcanzable, otro más para la lista. Tumbada en la cama me preguntaba, ¿Qué pensará cuando escucha mi nombre? Porque yo, cuando escucho  el suyo, vuelvo a la agonía. Agonía que se repite, todas las noches, todos los días.


Así, luna tras luna, sol tras sol, susurro gritando, ¿Qué será de mi amor?


Pasó el otro día, que el muchacho me habló, y yo, sorprendida, respondí a la cuestión. Una pregunta de lo más extraña, pues me preguntaba: ¿a caso me amas? Yo, intentando aguantarme los nervios, mis piernas temblaban, se me helaba el aliento, respondí, cuidadosa, con un: sí, ¿y tú?


Él dudó, sus músculos tensó; yo, asustada, me temía lo peor, sin embargo, sonriente, me contestó, simpático, atento, sincero: sí, te quiero.

jueves, 25 de febrero de 2016

No se juega con las almas

Estoy intoxicada. Intoxicada por la droga que es tu piel, el tabaco de tu pelo, el alcohol, que son tus ojos. Y el dolor de no tenerte aquí a mi lado recorre mi cuerpo a cada paso que doy, llenándome la cabeza de recuerdos que nunca existieron pero que, muy a mi pesar, me gustaría que hubiesen existido.


Esa luz...! Ya es de día, lunes creo; o martes, no sé, porque desde que te has ido, todos los días son iguales. Desde que me vicié de tus sonrisas da lo mismo si es de noche o si es de día. Desde que solo sueño contigo ya no quiero ni dormir, en un desesperado intento por olvidarte.


Busco incesablemente tus caricias, esas que nunca llegaron; más sólo encuentro miradas indiferentes de quienes no entienden la lucha que me mantiene en vela; la lucha del quiero y no puedo, en la que debaten acaloradamente la necesidad y el amor.


Ahora, mi alma vaga en pena, pasando montes y praderas, y todo porque tú jugaste con ella. Por fin me he dado cuenta de que esas miradas... eran todas falsas.

Vacío

Ante todos vosotros juro que no habrá unos brazos que me levanten más alto que los tuyos; ni habrá tampoco unas manos firmes a las que agarrarse los días de fuertes tormentas, manos que se paseen lentamente por mi rostro, haciendo que se me sonrojen las mejillas; manos que me protejan de todos los peligros exteriores, de todo lo que no nos concierne a ti y a mi tocándonos; manos, que acaricien mi pelo mientras una boca de labios carnosos me susurra te quiero.


No existirán, además, unos ojos esmeralda tan profundos como los tuyos, capaces de observarme con enorme ternura; no habrá miradas cómplices, capaces de expresarlo todo sin palabras. no encontraré sonrisas tan deslumbrantes como las tuyas, que hacen de mis tripas niñas revoltosas, moviéndose de un lado a otro. Sonrisas de dientes perfectos, sonrisas que he convertido en mi única forma de vida.

No. No encontraré a nadie como tú.








Pero lo intentaré.

miércoles, 24 de febrero de 2016

Cuando los cerdos vuelen

Cuando cuente todas las estrellas
que alumbran el cielo.
Cuando los mares se sequen
y retornen en forma de lágrima.
Cuando no haya políticos corruptos
y todo sea harmonía.
Cuando no se juegue con la vida
como si no existiera la muerte.
Cuando encuentre el final del arco iris
con el que soñaba de pequeña.
Cuando todo el mundo posea
tan buenas intenciones como un niño.
Cuando la gente prefiera un beso
antes que un "peso".
Cuando las personas sean más interesantes
que interesadas.
Cuando ir al colegio
no suponga madrugar.
Cuando prefiramos pasar horas estudiando
en lugar de follando.
Cuando la vida se cuente en daños
en vez de años.
Cuando el sol devore Mercurio,
Venus y la Tierra.
Cuando el desierto florezca
como el jardín de mi madre.
Cuando recorra el Pacífico
a lomos de un delfín.
Cuando acabe la hipocresía
y de paso a la tolerancia.
Cuando haya más cultas
que putas.
Cuando no quede oxígeno que respirar
y la raza humana se extinga.
Cuando no tenga más vida
que visitar a mis muertos.
Cuando no soporte ni mirar
lo que veo en el espejo.
Cuando las nubes pesen
y caigan sobre nosotros como piedras.
Cuando nos paguen a hostias,
todos los errores.
Cuando pueda cambiarlo todo
con un toque de varita.
Cuando consiga tontamente,
aguantarme la risa.
Cuando te deje de querer.

martes, 23 de febrero de 2016

Locura

Lo que más me apetece en este momento es salir corriendo por la calle hasta su casa, y timbrarle; hacer que baje o subir yo, eso da igual. Verlo. Necesito verlo, tocarlo, sentirlo. Darle un abrazo, el más grande de su vida, sí, el más largo. Y pegada a él, los dos tan cerca, que me de calor, su calor; que me proteja. Quiero que me apriete fuerte la mano, susurrarle al oído que lo amo, que no se que me ha hecho pero me ha vuelto loca. Lo que más me apetece es besarlo.

martes, 16 de febrero de 2016

Pequeña confusión de términos

 Siempre hemos dudado de la existencia del amor verdadero, pero no es que dudemos; es, más bien, una confusión de términos. Los seres humanos, siempre sumidos en vagancia e incluso en ignorancia, tendemos a designar a la misma persona de ''amor verdadero'', "el amor de mi vida" etcétera.


Sin embargo, nadie ostenta saber la magnitud de este precario error garrafal.


Porque, damas y caballeros, si siguen esperando "encontrar" a su "amor verdadero", se quedarán más solos que el envoltorio de chicle que un impertinente tiró el otro día en una esquina. Para empezar, el amor no se encuentra. No se busca. No aparece mágicamente como las hadas de los cuentos que os comieron la cabeza. El amor, como todo aquello que merece la pena, se construye. El amor que todo lo puede, que todo lo gana, que todo lo cura, ese amor no va a llegar a vuestras vidas y quedarse para siempre si no lo cuidáis. Una pelea no se arregla con un toque de varita. Así que si tienen ustedes la suerte de encontrar a una persona que verdaderamente les pueda, les gane, les cure, hagan el favor de no restarle importancia, como hacen con todo una vez que lo tienen en su poder.


Por otra banda, si van a llamar a alguien el "amor de mi vida", como mínimo asegúrense de que llevan una vida juntos, si no las palabras carecen de sentido. Esa persona con la que usted se siente en el cielo, con la que todo lo comparte... no es el amor de su vida por la sencilla razón de que no llevan una vida juntos. En cambio, si puede ser "el amor de mi ahora", "el amor de mi día a día"...


Créanme cuando les diga que he visto con "be" burradas con "v" y, sin embargo, son cosas como "él es mi príncipe azul" las que consiguen enervarme. Vamos a ver alma cándida, él no es un príncipe, es tu compañero de clase, un amigo, una persona que te cruzas por la calle. Él es el vagabundo de la estación de autobuses, el chino que trabaja en la cafetería de al lado de tu casa, el vecino de abajo. Él puede ser blanco, negro, marrón o amarillo... pero no es un puto papá pitufo.

Viviendo un sinsentido

No lo entiendo. Lo pienso. Sigo sin entenderlo: Las mariposas no alzan su vuelo; no quieren salir de mi estómago, cada vez que te veo. Como un enjambre de abejas, se cuelan en mi cabeza, imágenes tuyas. No puedo parar de mirarte... la sensación de abrazarte...¡debe ser tan hermosa! Inconscientemente me disperso, soñando siempre con tus besos, esos que no dan llegado. Como una flor me marchito, porque tú quiere a otra, o a otras, o no sabes a quien quieres. Y eso me frustra, me frustra mucho que no me veas y me siento como un ratón en medio de un laberinto gigante que nunca acaba; y no sé como salir, no se como escapar de la cárcel de tus ojos.

domingo, 14 de febrero de 2016

Que no te extrañe si te digo que te quiero

Que no te extrañe si te digo que te quiero,
que te has metido en mi corazon,
adentro, muy dentro.
Que me enseñaste que quien te quiere
no es quien te roba el corazón,
sino quien te hace senitr que lo tienes de vuelta,
ue cuando me dices preciosa
caigo muerta,
que le diste luz a todos mis poemas.
Que me enseñaste que amar es dar la mano
y a mi casa a tiempo dar llegado,
que en tu coche
no existen reproches,
sólo el roce de tus labios.
Y entre beso y beso,
el tiempo nos gasta bromas
pasando más rápido de lo que debería,
me enseñaste que entre tontería y tontería
los semáforos valen oro.
Así que, después de todo:
que no te extrañe si te digo que te quiero.

PRIMERA ENTRADA

Hola a tod@s y bienvenidos a mi blog. Gracias por adelantado a todos los que leeis y os gusta, a todos los que me regaláis vuestro precioso tiempo. Ojalá que mis palabras os lleguen al corazón.